En alguno momento se preguntara el porqué de la espera, en empezar a escribir esta historia, y la respuesta es que tenía que lamer mis heridas y es catarsis el dar inicio a este blog.
“No soy rencoroso, pero no olvido”
12 de enero de 2010
“No soy rencoroso, pero no olvido”
12 de enero de 2010
6:20 A.M. Despierto, y como es costumbre prendo el televisor para ver el noticiero matutino en el que aún sigue apareciendo una nota de días previos acerca de un operativo de la PGJDF en el que habían detenido a un banda de tratantes de personas; me siento extraño y sin ganas de levantarme de la cama por lo que permanezco acostado presionando el botón del control remoto de canal en canal sin que nada me llame la atención o como diría un amigo “Sin que nada me quede, sin que nada me embone”.
7:00 A.M. Decido levantarme de la cama y ya mi esposa prepara a nuestros hijos para llevarlos a la escuela, decido no bañarme y ponerme ropa, para después irme a mi computadora para revisar algunas líneas de programación que había dejado pendientes el día anterior, y así pasan las horas hasta que llegan mis hijos de la escuela, prendo el televisor para ver las noticias y nos sentamos a la mesa para comer en familia; de nueva cuenta pasan en el noticiero sobre el operativo de la PGJDF en el que detuvieron a una banda de tratantes de personas, uno más de los tantos que ha realizado la Procuraduría de Justicia en las últimas semanas y que tanto presume ya que estamos en tiempos electorales, por lo que yo expreso: “Que bueno que agarraron a otros, que se los chinguen”.
8:00 P.M. Después de trabajar en unos equipos de cómputo que requerirían de unas refacciones, decidí concluir mis labores y me dispuse abrir una botella de tequila para que fuera mi compañera de la noche, ya que estaba decidido a escuchar canciones como “Mi viejo”, “Mi Padre” y a embriagarme ya que era el aniversario de la muerte de mi padre; y así pasaron las horas, los tragos y las lágrimas recordando a mi padre que había fallecido años atrás. Cuando me di cuenta el sol se asomaba por la ventana para darme los buenos días, aun con mi depresión y dolor de garganta de tanto fumar durante la noche, decidí irme a dormir la fiesta que traía encima, cayendo en la cama con la gracia de una ballena encallada…
